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2012.08.24 AQUAE CUSTODES ... en acción.


Glosas


... un espacio para hablar desde San Miguel

 Enrique García y García*

 
AQUAE CUSTODES … en acción.

La noticia que acaparó recientemente los encabezados de los periódicos abajeños fue la aparición de cientos de peces flotando en la superficie de la emblemática  presa de Los Santos en Guanajuato Capital, en las inmediaciones del barrio de Marfil. Los diarios la calificaron como ecocidio. Mal.

El tema es altamente preocupante debido a la gran cantidad de cuerpos de agua de este tipo y no solamente en Guanajuato sino en todo el Bajío. La razón es clara, pues la aridez de la zona ha obligado a construir todo tipo de receptores de agua de lluvia para satisfacer las necesidades de la población.

En la Glosas anteriores me refería al amanalli que fue construido hace mil años para proveer agua potable al santuario de Cañada de la Virgen. En el caso que nos ocupa, la presa de Los Santos fue edificada para el abasto de agua de varias haciendas de beneficio de mineral en el siglo XVIII. De acuerdo a los registros existentes del embalse, éste fue terminado en 1778, años de bonanza minera que se refleja incluso en la ornamentación de la cortina. Sobre ella hay ocho pilastras sobre las que están colocados otros tantos santos y de ahí la razón de su nombre. Pocas presas en el Bajío son tan hermosas como la que hacemos referencia.

En el año de 1904, Don Pedro González publicó su obra "Geografía Local del Estado de Guanajuato" y en ella destaca la existencia de muchas presas en la Ciudad Capital, algunas que sobresalen por su tamaño y otras más por la belleza de sus elementos. Como ejemplo de las primeras sobresale la presa de La Esperanza, que tenía como fin primordial el abastecimiento de la población capitalina. Como parte integral del embalse, era notorio el enorme tinaco que decantaba los sedimentos para que el agua cubriese los requisitos para el consumo humano. Recuerdo que el amanalli prehispánico tenía otros accesorios hidráulicos para el mismo fin.

El cuidado del agua superficial siempre había sido una prioridad pues no había otra fuente de abasto, tanto para el consumo humano como para la industria minera y la agricultura. A partir de la utilización del agua subterránea, el agua de superficie pasó a un segundo término. Es notorio el abandono de ella al grado que muchas presas, bordos, cajas de agua y demás depósitos fueron destruidos y los que se conservan están en situaciones deplorables. El caso en comento es una muestra de ello. Increíble y preocupante.

A partir del suceso en la presa empezaron las conjeturas y diferentes grupos se abocaron a tomar muestras de las aguas para medir diferentes características. Los resultados dados a conocer por las autoridades y los medios han sido incongruentes y equivocados para el suscrito, dejando ver desconocimiento de aspectos básicos de la calidad del agua, la forma de medirla y sus consecuencias.

Se dice “que la causa de la muerte de los peces fue la falta de oxígeno y un pH muy alto causado por el derrame de algún acido, o tal vez la contaminación bacteriana por la descarga de aguas negras al embalse”. Todo un enredo para quien lee las notas y equivocado para los que nos dedicamos diariamente al cuidado y vigilancia de los cuerpos de agua. Tal parece que llamarán a más expertos para dilucidar el problema. Estaré atento.

Hace poco tuve oportunidad de impartir un Taller para niños dispuestos a convertirse en vigilantes de sus cuerpos de agua en el Parque Explora de León,  Guanajuato, y como inducción al mismo les narré un cuento en el que se destaca que los niveles bajos de oxígeno en el agua se originan por la presencia de nutrientes, bacterias, partículas en suspensión, temperatura elevada y un pH bajo, es decir, acido.  Y lo más importante, ¿cómo medir esas variables?

Todo lo anterior se hace con base en el programa “Reto mundial de la Vigilancia del Agua” www.WaterMonitoring.org con el que estamos formando brigadas de aqua custodes, vigilantes del agua, que indudablemente podrían dar su punto de vista en el caso que nos ocupa, ya que las mediciones que hacen, si bien son elementales (oxígeno disuelto, temperatura, pH y turbidez) son parámetros formales que caracterizan la calidad del agua.

Ya tenemos verdaderos aquae custodes y sobre todo … están en acción.


24 de agosto del 2012

 

Cualquier comentario referente a esta columna es bien recibido en mi correo electrónico:   ptfsc@prodigy.net.mx y también en twitter @fisicogarcia

 * De familia sanmiguelense de antaño, el autor es Físico Nuclear, egresado de la UNAM, con diversas especialidades en energía, agua y transferencia  de  tecnología; autor de cinco libros de divulgación técnica, dos más por publicarse, y una centena de publicaciones afines; editorialista en diversos periódicos nacionales, en temas humanistas y técnicos; consultor independiente con sede en San Miguel de Allende, Gto.

 

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